Sabemos que el acto docente tiene 3 fases: la planificación, la didáctica y la evaluación y estas fases son las mismas se hable de la modalidad presencial o de la modalidad virtual. En esta última los vicios que se puedan cometer podrían ser mayores dado que se sumarían los errores del uso de las nuevas tecnologías virtuales a las malas prácticas en el proceso de evaluación virtual. en ese sentido desarrollaremos el siguiente análisis
Considero que debemos empezar por
definir o redefinir lo que entendemos por evaluación de los aprendizajes y
debemos empezar por establecer lo que no es evaluación con la finalidad de
encaminarnos en su adecuado abordaje y aplicación en pro del aprendizaje
integral de nuestros estudiantes.
En ese sentido debemos empezar
diciendo que evaluar no es lo mismo que calificar entendiéndose que no se
evalúa cuando se le asigna una nota al estudiante como consecuencia de un
examen o exposición como si esta nota reflejara sin margen de error lo
aprendido por el estudiante.
Evaluar no es una oportunidad
para el docente de demostrar que él sabe más que el estudiante y maltratarlo al
demostrar que sabe menos y indagando en los exámenes contenidos que no a desarrollado.
Evaluar no es un acto
longitudinal que se realiza a la mitad y al final de la experiencia curricular
impartida.
Evaluar es un proceso transversal
que tiene diversas fases y cada una de ellas tiene sus objetivos a lograr, a
saber: la evaluación diagnostica que nos ayuda a determinar el nivel de
conocimiento con que parte el estudiante a partir de lo cual el docente deberá
establecer los contenidos, el ritmo y las estrategias didácticas a desarrollar.
Luego tenemos la evaluación de proceso también llamada evaluación formativa, monitoreo
o de retroalimentación el cual es a mi modo de ver el tipo mas importante en el proceso de
evaluación de los aprendizajes dado que aquí se realizará el acompañamiento a
cada estudiante con un rol de facilitador que asegure aprendizajes significados
y el logro de competencias profesionales. Y en tercer lugar tenemos la
evaluación sumativa a la que generalmente se le presta más atención lo cual no
sería malo en tanto se orientará de manera adecuada y no se distorsionara su
esencia como ya se ha anotado líneas arriba cuando hablábamos de lo que no es
evaluación.
Pero volviendo al tema de la
evaluación formativa y relacionándolo con la enseñanza virtual y sus estrategias
de evaluación aquí también debemos anotar algo coincidentemente erróneo en
algunos docentes: Se enfatiza en la evaluación sumativa o final con los mismos
vicios de la evaluación presencial y para ello se diseñan instrumentos como los
test objetivos con preguntas que ni el docente sabe las respuestas y con
opciones confusas o ambiguas que ponen
al estudiante en un doble reto de demostrar lo aprendido, lo que no significa
que las pruebas objetivas virtuales presenten estas desventajas en sí mismas
sino en la forma inadecuada de su elaboración por parte del docente.
Creo que es muy importante que
como parte de un proceso de actualización docente permanente pongamos el
interés en el dominio del uso de las tecnologías de la información y la
comunicación TIC, no solo en la fase didáctica o de transmisión de los
contenidos sino también en la fase de evaluación de los aprendizajes poniéndose
énfasis en la evaluación formativa para lo cual se debe definir los
instrumentos y estrategias virtuales más pertinentes para buscar acompañar al estudiante en sus aprendizajes reforzando lo asimilado correctamente, ajustando aquellos contenidos que sean necesarios y corrigiendo aquella información que amerite hacerlo, así como también promover aprendizajes individuales y colectivos mediante actividades grupales de tipo virtuales.
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