ciaramolina.com
Voy a pedirte que reflexiones un momento conmigo: ¿Por qué mentimos? ¿Todas las mentiras son iguales? ¿Has mentido alguna vez? ¿Cómo te sentiste? ¿Te han mentido alguna vez? ¿Cómo reaccionaste?
Voy a pedirte que reflexiones un momento conmigo: ¿Por qué mentimos? ¿Todas las mentiras son iguales? ¿Has mentido alguna vez? ¿Cómo te sentiste? ¿Te han mentido alguna vez? ¿Cómo reaccionaste?
Ahora que ya estamos en situación, ¿te parece si hablamos de mentiras?
Hay mentiras y mentiras, estamos de acuerdo. No es lo mismo engañar a tu pareja con otra persona cuando la fidelidad en vuestra relación no es moneda de cambio, que contarles a tus hijos que los Reyes Magos les traerán los regalos en Navidad a lomos de sus camellos, ¿verdad? Sin embargo, no debemos perder de vista que lo que llamamos mentiras piadosas, las verdades a medias, las mentiras encubiertas, etc. siguen siendo mentiras al fin y al cabo.
Si consultas en el diccionario la palabra mentir, verás que su significado es “decir algo que no es cierto con intención de engañar”. Pero, ¿te atreverías a afirmar que cada vez que tus chicos te mienten pretenden engañarte? La respuesta es que no siempre es así.
Entonces, ¿qué se esconde detrás de la mentira de tus hijos y/o alumnos? Las posibilidades son varias:
- Una llamada de atención para que les dediques más tiempo y cuidado.
- El recurso que utilizan por miedo a que les castigues.
- La manera de hacer la realidad más atractiva.
- La herramienta para eludir las responsabilidades que no quieren asumir.
- La estrategia para afrontar situaciones ante la falta de habilidades adecuadas.
- Un intento de evitarse y/o evitarte la vergüenza ante las consecuencias de una determinada conducta.
- Su respuesta para no defraudarte cuando sienten que no pueden/saben cumplir tus elevadas expectativas.
- Una imitación de tu propia conducta.
- El producto de su baja autoestima e inseguridad.
El origen de las mentiras que tus menores se inventan dependerá en gran medida de su edad, aunque también de sus características y circunstancias personales. No obstante, puedes seguir una serie de pautas comunes para actuar ante ellas. ¿Me acompañas a descubrirlas?
- SÉ SU MEJOR EJEMPLO. Nos quejamos a menudo de que nuestros chicos nos mienten, olvidándonos de que ellos aprenden a mentir por imitación. Si cancelas la cita del dentista poniendo como excusa que se te acaba de averiar el coche cuando la realidad es que no te apetece ir, o le envías una nota al profesor/a de lengua de tu hijo/a por no haber entregado un trabajo a tiempo excusándolo/a con la mentira de que ha estado enfermo/a, en vez de dejarle que asuma su responsabilidad por no haberse acordado de hacerlo, ¿cómo esperas que él/ella aprenda a ser sincero/a? Recuerda lo que siempre decimos: ERES EL ESPEJO EN QUE SE MIRAN, así que predica con el ejemplo.
- MIRA MÁS ALLÁ DE LA MENTIRA. Soy consciente de que no es fácil hacerlo porque en esos momentos estamos “secuestrados” por una mezcla de emociones desagradables como pueden ser la rabia, la tristeza y la decepción. No obstante, recuerda que el/la adulto/a eres tú, así que debes comportarte como tal. No te dejes vencer por la impulsividad fruto de esas emociones, y practica el AUTOCONTROL: tómate un poco de tiempo y/o espacio para ti, realiza unas cuantas respiraciones profundas o sal un rato a correr o a pasear… Haz lo que necesites para sentir que vuelves a tener bien sujeto el timón de tu barco, y pregúntales de forma calmada cómo se sienten. Te pongo un ejemplo: Si te enteras por el jefe de estudios del instituto de que tu hijo/a adolescente ha llegado tarde a primera hora de clase todos los días de esta semana, y éste/a te ha dicho que “todo bien” cuando le has preguntado qué tal le han ido las clases, en vez de echarle la culpa directamente cerrando la puerta a que se explique y puedas averiguar lo que le ocurre, sería mejor que le dijeras: “¿Te encuentras bien? Me han dicho en el instituto que has estado llegando tarde estos días. Normalmente cuando no decimos la verdad es por miedo, porque estamos preocupados o porque algo no va bien en nuestra vida. ¿Te gustaría que habláramos de cómo te sientes?”.
- COMUNÍCATE CON ELLOS SALUDABLEMENTE. Para ello necesitarás poner en práctica actitudes y recursos como la EMPATÍA, la ESCUCHA ACTIVA y el LENGUAJE POSITIVO. Ponte en sus zapatos, escucha lo que tienen que decirte y favorece el entendimiento entre vosotros, esforzándote por transmitirles que les comprendes y valoras su opinión. Tanto si tienes la intuición como si sabes a ciencia cierta que te están mintiendo, no los culpabilices con afirmaciones hirientes, etiquetes o les pongas trampas en forma de pregunta. Preguntarle: “¿Ya has acabado de ordenar tu armario?” cuando has visto con tus propios ojos que no lo ha hecho, o gritarle: “¡No se puede confiar en ti, eres un/a mentiroso/a!” cuando te dice que ha sacado a pasear al perro para que hiciera sus necesidades y descubres que éste se ha hecho pis en la cocina porque no podía aguantar más, lo único que hará es poner distancia entre él/ella y tú. No levantes muros entre vosotros que más tarde te costará mucho tiempo y esfuerzo derribar. Mejor construye puentes que os unan, y tiéndele la mano para que te cuente qué ha ocurrido. Decirle: “Veo que no has acabado de ordenar tu armario”, o “Me he dado cuenta de que Gus se ha hecho pis en la cocina”, son formas de expresarle claramente que sabes que no ha cumplido con su tarea, pero que no conllevan la crítica negativa a su persona ni la falta de confianza que denotan los anteriores ejemplos de comunicación comentados.
- OFRÉCELES TU CONFIANZA Y AMOR. Si quieres fomentar un clima afectivo y comunicativo saludable, empieza por hacerles saber que confías en ellos y que tu amor es incondicional. Eso les dará seguridad y tranquilidad para ser más comunicativos contigo. Claro que esa confianza se verá quebrada en ciertas ocasiones, pero la clave está en tomarse éstas como excelentes oportunidades para demostrarles que siempre pueden recuperar tu confianza: “Me siento defraudado por esta mentira, pero sigo creyendo que eres una persona confiable. ¿Cómo podemos recuperar la confianza el/la uno/a en el/la otro/a? ¿Qué propones? Seguro encontramos la manera de lograrlo”
- FOMENTA SU RESPONSABILIDAD. Muéstrales que mentir puede tener consecuencias indeseables, oriéntales y anímales a que tomen sus propias decisiones para responsabilizarse de sus actos y aprender de sus errores. Siguiendo con el ejemplo de la falta de puntualidad, podrías sugerirle que diseñe y proponga su propio plan de actuación para que eso no vuelva a ocurrir, como ducharse y dejar preparada la mochila por la noche para adelantar tiempo, por ejemplo.
- NEGOCIA MEJOR QUE CASTIGA. ¿Qué crees que ocurrirá si les castigas por ser sinceros contigo? Pues que muy probablemente asociarán decir la verdad con consecuencias negativas, por lo que evitarán hacerlo, y alimentarán su miedo a que los castigues con más mentiras. ¿Qué hacer entonces? Comunicarles que valoras su sinceridad, ser más flexible y negociar con ellos, estando dispuesto/a a ceder cuando sea necesario. Decirles: “Gracias por tu sinceridad. Ser honesto/a requiere de valentía y coraje, y estoy muy orgulloso/a de que lo seas” no es incompatible con fomentar que sean responsables de sus actos y se enfoquen en buscar soluciones.
- POTENCIA SU AUTOESTIMA. Aunque profundizaremos más adelante sobre cómo puedes ayudar a tus chicos a desarrollar una autoestima saludable, te adelanto cómo hacerlo: fomentando su autoconocimiento, enseñándoles a hacer una autocrítica constructiva, motivándoles a que se acepten y cuiden de sí mismos, estimulando su confianza en sus propias decisiones y actuaciones, promoviendo su autonomía física y emocional, mostrándoles cómo establecer límites ante situaciones y/o personas que les incomodan o molestan, trabajando su asertividad para comunicarse con los demás…
¿Te animas a comprobar lo que estas pautas de actuación pueden hacer por tus chicos y por ti y a compartir tu experiencia con nosotros?
Si deseas que te ayudemos a formarte en Educación Emocional para que puedas aplicarla en casa o en el aula, escríbenos a educacion@ciaramolina.com y te informaremos sobre los talleres, recursos y dinámicas que podemos ofrecerte.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario