EDUCACIÓN 2.0
Un hábito es una costumbre
o práctica adquirida por frecuencia de repetición de un acto, es decir, maneras
de hacer constantes debido, sobre todo, a la repetición de unas mismas
conductas progresivas. Por ejemplo, un niño adquiere el hábito de lavarse las
manos antes de comer si en los otros contextos este comportamiento es repetido
regularmente.
Aprendizajes y rutinas
El proceso de desarrollo
del niño se construye a base de repeticiones en situaciones de aprendizaje,
estas que precisan de un conocimiento, una actitud y luego los hábitos,
facilitando así su adquisición y consolidación. De ahí la importancia de los
ritmos y rutinas diarias, los periodos de actividad, juego y descanso.
En la escuela existen unas
normas comunes (horarios, actividades) que no todos asimilan. Paralelamente a
la acción escolar está la familiar; los niños que en casa no adquieren una
constumbre, valores o normas de comportamiento previos a la escolarización, en
el aula tampoco los llevan a la práctica.
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Con respecto a la
alimentación, si en clase un niño toma el desayuno en su sitio, se limpia la
boca y recoge su mesa dejándola limpia, los padres deben saber que en casa
puede ayudar a recoger la mesa o comer solos.
Desarrollo de pautas
·
¿Qué hacer si un niño
presenta conductas negativas a la hora de ordenar su clase? A veces, un niño está acostumbrado a unos límites flexibles en
casa y esot lo traslada al colegio. Debemos enseñarle a ser ordenado porque es
una norma a cumplir, y mientras no la cumpla no podrá disfrutar de los tiempos
de juego o realizar una de sus tareas preferidas. Al tiempo que tenemos que
conseguir que lo haga, después debe verbalizarlo, ya que es en ese momento
cuando conseguimos que lo interiorice.
·
¿Cómo conseguir que cambie
el alumno al que le cuesta tomar su desayuno? Cada
niño tendrá un semáforo con su nombre y foto, en el que el color verde es buen
comportamiento o realización de las tareas (cara sonriente), el color rojo,
incumplimiento (cara triste) y el amarillo ha sido costoso o se consiguió a
medias. A cada color se le asocia una recompensa: cantar una canción con su
nombre y se lleva la carita contenta a casa; o un no-premio (carita triste). En
el caso que el niño haga algo excepcional, como comer un alimento nuevo que
rechaza sin haber probado, se le condecorará con una medalla de papel (con un
dibujo del alimento) y la podrá llevar a casa.
Familia y escuela
favorecerán la creación y consolidación de hábitos básicos para la autonomía
del alumno si establecemos una actuación conjunta y sistematizada. Es
importante que los padres colaboren en esta línea con las directrices
proporcionadas por el maestro, ya que esto ayuda al pequeño a estructurar sus
esquemas mentales, al maestro a saber en qué medida y ámbitos está un niño
habituado, y a los padres a saber que hábitos básicos deber tener adquiridos.
Publicado: Revista “Profe:
Educación Infantil. Nº 7”